El aburrimiento en el colegio (sobre todo en claese tales como filosofía, latín o dibujo técnico) nos enturbiaba el cerebro de tal forma que teniamos que recurrir a diversos trucos para reactivarlo. Había gente que grababa en el pupitre, otros charlaban, los había incluso que prestaban atención... y siempre había uno en cada clase o curso que se dedicaba a dibujar. En mi clase era yo el pesado pintamonas, la mayoría de las veces lo que hacía eran simples garabatos o dibujos sin mucho fuste (algunas muestras aqui) pero otras veces eran crónicas de lo que les había pasado en clase o fuera de ella a los compañeros, casí siempre situaciones ridículas para regocijo de sus condiscípulos. Gracias a que estas historietas eran pintadas sobre las páginas en blanco de los libros o en espacios de los cuadernos de apuntes, se han conservado hasta hoy. También es verdad que muchas solo tienen gracia para aquellos que las protagonizaron o los conocieron, pero tengo la esperanza de que las vean a traves de esta página y que revivan aquellos dias despreocupados de nuestra adolescencia. Aun así he intentado poner las que puedan hacer gracia a cualquiera.
Como primer ejemplo tenemos "Culo de higo", que trata de cuando un compañero le tocó el culo en una discoteca a la hija del todopoderoso y corrupto constructor Pan de Higo (amigo de su padre). El pánico que se apoderó del muchacho y destruyó la historieta original. Pero se hizo otra más cruel aun y en paz.
Boceto desechado para la primera portada del fanzine RONK (ver entrada en este Blog).
"La etapa del curso" era la propuesta, aceptada por unanimidad, para la edición de un poster humorístico, a modo de orla, que celebrase el fin del curso. Comparaba la dificultad para terminar el curso con el ascenso a un puerto de montaña en una etapa ciclista en la cual participaban todos los alumnos. La cosa era graciosa, no, era muy graciosa, pero fue vetada porque en la esquina superior derecha (bajo el águila comentarista), en una nube y con alas, aparecía mi compañero de pupitre Carlos Eduardo Piñeiro que se había suicidado ese mismo año tirandose de un piso 12. Ante la propuesta de cambiar solo ese detalle dije que un pijo.
"La marca del chivato" es un buen ejemplo del aburrimiento y la insensatez que nos dominaba.
Alguien reconocerá debajo (también arriba es la maestra) a Mª Dolores "la negra".